Cuidar Nuestras Palabras: El Poder del Silencio Sabio
2025-01-16 | Por Sendero Sabio

Cuidar Nuestras Palabras: El Poder del Silencio Sabio
Una tarde tranquila, Kai estaba ayudando a Nia y Seke a organizar una actividad para jóvenes en su comunidad. Todo iba bien hasta que un comentario imprudente encendió una discusión inesperada.
El inicio del problema
Mientras Nia colocaba decoraciones, comentó:
- Nia: “Creo que deberíamos cambiar el orden del programa, para que los juegos sean al principio.”
Seke, sin pensarlo mucho, respondió:
- Seke: “¿Otra vez cambiando todo a última hora? Eso solo traerá caos.”
La tensión llenó el aire. Kai intervino rápidamente, recordando un consejo que Sophia le había dado:
"El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios termina en desastre" (Proverbios 13:3).
Una pausa sabia
- Kai: “Chicos, esperen. ¿No creen que podemos hablar esto sin herirnos?”
Ambos amigos lo miraron sorprendidos, pero su tono calmado los hizo reflexionar. - Nia: “Es cierto… tal vez lo dije de forma muy directa.”
- Seke: “Y yo reaccioné sin pensar. Lo siento.”
La situación cambió, y los tres trabajaron juntos para encontrar la mejor solución.
Lecciones aprendidas
Al terminar, Seke reflexionó:
- Seke: “Nunca pensé que unas pocas palabras podían complicar tanto las cosas.”
- Kai: “Es increíble cómo el silencio en el momento adecuado puede evitar un desastre.”
- Nia: “Eso es sabiduría. No se trata solo de lo que decimos, sino de cuándo y cómo lo decimos.”
Consejo para hoy
Guarda tus palabras y habla con sabiduría. Un momento de silencio puede ser la diferencia entre construir o destruir relaciones.
Reto Diario
- Antes de hablar, pregúntate: ¿Esto edificará a los demás?
- Practica el silencio en momentos de tensión.
- Ora para que tus palabras siempre reflejen la sabiduría de Dios.
Versículo para meditar
"El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios termina en desastre" (Proverbios 13:3).
¡El poder de nuestras palabras es inmenso! Este año, hagamos un compromiso de hablar con sabiduría y construir vidas en lugar de destruirlas.